miércoles, 16 de abril de 2008

Principios y Fundamentos del Karate Deportivo por Sensei Landaburu Juan Carlos


Juan Carlos Landaburu, el múltiple campeón argentino de karate, que con 8 títulos de Campeón Nacional ( entre 1980 y 1987), 2 veces Campeón Panamericano ( Canadá 1978, Argentina 1980) Individual, 2 veces Sub campeón Panamericano ( Venezuela 1983, Brasil 1995) Individual y Equipos, 2 veces Campeón Panamericano ( Argentina 1980, Venezuela 1983) Por Equipos, 2 veces 5to. Puesto Mundial ( Alemania 1980, Egipto 1988), y desde 1991, Entrenador del Seleccionado Nacional Argentino de Karate
Desde 2001: Head Coach de la Federación Argentina de Karate. Jefe de Entrenadores Nacionales y Regionales de la Federación Argentina de Karate. Quién como entrenador obtuvo para la Argentina, 4 Oros Panamericanos, 13 Platas Panamericanos, 15 Bronces Panamericanos, 6 Oros Sudamericanos, 9 Platas Sudamericanos, 23 Bronces Sudamericanos, 4 4° puesto Mundial, 2 Bronces Iberoamericanos, 8 Clasificados en Kumite para los Juegos Panamericanos Mar del Plata 1995, 5 Clasificados en Kumite para los Juegos Panamericanos Winnipeg 1999,. 4 Clasificados en Kumite para los Juegos Panamericanos Santo Domingo 2003., 1 Bronce Mundial. Es la persona indicada para explicarnos los principios fundamentales de el karate.

Principios fundamentales del Karate
La Guardia

En este punto quiero detenerme en un detalle fundamental: la guardia o Kamae. Es imprescindible que nuestro atleta tenga en claro la importancia de un buen Kamae antes de comenzar con los entrenamientos. Si bien es cierto que el tipo de guardia es una elección personal, existen algunos parámetros básicos para tener en cuenta: El peso del cuerpo debe estar repartido entre ambas piernas, las mismas no deben estar en tensión (lo que quitaría explosión a los desplazamientos), sino en un tono muscular que permita los desplazamientos hacia todas las direcciones en forma instantánea.
Para ello es importante que los pies se apoyen solamente en los metatarsos y que estén separados entre sí el ancho de los hombros para permitir la entrada de la cadera.. La cadera tiene que estar más elevada que en una posición convencional y totalmente relajada permitiendo su rotación, traslación y empuje hacia arriba o hacia abajo. Espalda y hombros en reposo sin ningún tipo de contracción.
La posición del hombro contrario a la pierna adelantada tiene que ser lo más atrasada posible, de esta forma se disminuye el foco expuesto del tronco. El hombro adelantado es el que deberá mantener elevado el brazo, la posición de los brazos es fundamental: el atrasado con el codo doblado cubriendo la boca del estómago y la mano en la mitad del pecho, cerca de la barbilla. El puño no tiene que estar necesariamente cerrado, ya que esto traería como consecuencia la tensión de la espalda, el brazo, y hombro correspondiente. Respecto al brazo adelantado, este tiene que estar lo más alejado posible del cuerpo sin llegar a estar totalmente estirado. El ángulo entre el brazo y el cuerpo debe ser superior a los 45º de manera tal que el codo quede apenas por debajo de la línea de la tetilla correspondiente. El ángulo entre brazo y antebrazo no debe ser menor de 90º, de tal forma que si cerramos el puño este quede aproximadamente a la altura de su hombro. Una vez obtenida esta forma, la mano adelantada se abrirá o por lo menos, se relajará.
Si se observa desde arriba, el kamae se asemejará a un triángulo o a un cuña, cuyos vértices son ambos pies y el ápice la mano abierta adelantada., quedando en la zona central nuestro objetivo a defender: la cabeza y el tronco. Es importante entender que esta guardia es básica para la introducción al entrenamiento del Karate Deportivo. El competidor experimentado adaptará esta forma a sus propias características y a su comodidad.

La Mirada

Otro punto importante es la situación de la mirada. La vista del competidor no debe estar concentrada solamente sobre el rostro del oponente. Hay que observarlo todo. Lo ideal es centrar la vista en el centro del pecho del oponente pero dejando que los ojos actúen como si estuvieran contemplando un objeto más distante. De esta forma nuestro cerebro recibirá la información de cualquier tipo de movimiento que genere el adversario, ya sea ofensivo, defensivo de relajación o de tensión.

La Distancia

Conocer nuestros alcances es una manera de conocernos a nosotros mismos. Esto en un combate es muchas veces decisivo, nuestro competidor debe conocer perfectamente sus alcances, no solo físicos (desplazamientos), sino mentales (concentración), y nuestro deber como entrenadores es potenciarlos en su máxima expresión. El Maestro Nakayama define Maai como “la separación que faculta para avanzar un paso y lanzar correctamente un ataque de puño o pierna; a la inversa es el intervalo que permite retroceder un paso y protegerse de un ataque”.
El Maai, como espacio, ocupa una mayor o menor extensión dependiendo de la técnica aplicada y en relación con la contextura física de ejecutor; pero dominar este concepto en un combate, corresponde siempre al sistema aplicado para mantener alejado al oponente, con la suficiente aptitud para acercarse al mismo cuando sea conveniente. De ahí la importancia de la condición mental de nuestro competidor.

El Tiempo

Muchas veces he escuchado la expresión “es un tiempista”, refiriéndose a un competidor en especial. Pero, ¿a que llamamos un “tiempista”? Un tiempista es aquel que aprovecha los tiempos del accionar del contrario para imponer los suyos. Un tiempista es aquel que está atento a los “huecos” que se producen en la guardia del oponente, ya sean espontáneos (por la propia acción o descuido del mismo) o inducidos por él mismo, para ejecutar su ataque o contrataque. Ahora bien, a que me refiero con la palabra “hueco”. En la guardia del contrincante suelen producirse aperturas, algunas casi imperceptibles, debemos guiar a nuestro competidor para que esté atento a este tipo de eventos y sepa aprovecharlos. Los ataques de anticipación (Sen no Sen) o de contrataque (Go no Sen) solo producirán efecto si se sabe aprovechar cada apertura en la guardia del oponente. Estas aperturas suelen ser de tres tipos: en la mente (Kyo), en la guardia (Kamae) o durante un movimiento. En el entrenamiento del Karate Deportivo, nos concentraremos en las aperturas del tercer tipo:
1) Cuando el oponente inicia el ataque. Si la atención se concentra en la acometida, es muy fácil encontrar el hueco necesario para imponer nuestra técnica.
2) Cuando llega el ataque. Al bloquear un ataque o una combinación de técnicas, hay que estar atento al hueco que se produce en el momento en que la secuencia del oponente se extingue para, entonces sí aplicar nuestro contragolpe.
3) Cuando la mente queda sin atención. Ante la inminencia de un ataque, desajustar la distancia para desalentar las intenciones del adversario. Esto producirá una vacilación en la intención del oponente acompañada con una desconexión mental. Es el momento de atacar repentinamente.
4) Cuando hay que crear el hueco. Ante una oponente cerrado y concentrado, la creación de una apertura corre por cuenta nuestra. Una finta, una provocación, una simulación de ataque, producirá la respuesta del adversario y con ello la apertura deseada. En ese instante, el ataque debe ser instantáneo y decisivo (con decisión) para evitar el contrataque. Es importante no invertir los roles en este método: la provocación de una apertura debe estar bajo completo dominio del ejecutante, de no ser así el que encontrará la apertura o hueco será el oponente.

Articulo publicado por: Juan Carlos Landaburu, 6ºDan Shotokan Japan Karate Association, Federación Argentina de Karate, World Karate Federation. Tel. (011) 4774-5876 - Contacto

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